Otro cachito de cursilería...

... mentira, todo lo que dijiste era mentira, mentira como la de los diputados y senadores que dicen que aprobaron el dictamen de la reforma electoral y el aumento de la gasolina (para que en Mérida nos cobren aún más por el pasaje urbano sin que las condiciones del trasporte mejoren como prometieron) en favor de los mexicanos. Mentira como la de los medios informativos que dicen que se preocupan por nosotros cuando sólo estan haciendo un berrinche y eso les importa más que lo que verdaderamente puedan estar haciendo en detrimento de la sociedad.

Tu mentira es más sencilla, mentías cuando dijiste que estarías ahí para ayudarme, para escucharme, mentías porque a mi regreso, lejos de ayudarme en lo que venía te largaste. Soy un cachito de mí apenas, un poquito de mí que no se reconoce en ningún rostro, en las calles, en otras manos. No puedo recordar hacia donde me dirigía, toda la construcción hecha para dos tal parece siempre fue sólo mía. Y te hice daño y tú desgajaste y me convertiste en algo parecido a alguien.

Lo siento pero no entiendo como al regreso de un simple viaje, en una semana, de pronto deja de sentirse.
Lealtad hasta la muerte, esa es mi premisa de vida, y no sabes cuanta lealtad hay en mí todavía.

Ni hablar, te dejo esta canción de la Guerra que un día te pedí que me regalaras y para no variar, se te olvidó. Maldita guerra la nuestra y maldita Guerra que sabe muy bien lo que dice cuando asegura: "Tu piensas demasiado, yo siento demasiado".

Lamento mucho las cursilerías, lamento más andar por ahí como en el limbo. No puedo deshacerme más. Habrá que reconstruirse.
Todo esta bien. ¿Recuerdas?

Aunque yo tenga deseos de olvidar que me llamo Patricia y todo lo que te dije.