Una amiga me preguntó hoy por la
mañana que qué opinaba acerca de los recientes feminicidios ocurridos en
Yucatán. Es una pregunta muy abierta, porque esos actos se han dado por
diferentes causas, pero le dije que la mayoría de los casos de violencia contra
la mujer eran el resultado de dos factores, por un lado el cultural, ya que a
pesar de que la mujer va ganando cada vez más una mejor posición social, la
educación en casa, sigue fomentando nuestra sumisión frente a la pareja o
marido y para colmo, vivimos en un país, donde como dice Dresser, no se puede
tenerlo todo, México no está preparado para ofrecerle a una mujer que sea
mujer-madre y mujer-trabajadora de manera exitosa a la vez.
Además, en un país de tradición
machista, un alto estatus social o profesional expone a las mujeres a la
violencia como represalia, sobre este punto hoy apareció publicada una nota en
el Diario de Yucatán con declaraciones precisas de Gina Villagómez Valdés,
investigadora de Hideyo Noguchi de la UADY.
El otro factor es el que tiene
que ver con los poderes públicos, realizar acciones para evitar la violencia
contra la mujer y la discriminación es prioridad en el discurso público, el que
se da ante las cámaras y reflectores, pero no lo es en el trabajo cotidiano de
la mayoría de los que están en el poder.
“A lo mejor es porque no se dan
cuenta, como no experimentan en persona la discriminación, la violencia y la
desmoralización, no la sienten y por lo tanto no la combaten como deberían”, eso
me decían hace poco en una plática al respeto, entonces habría que hacérselos
ver, —pensé— pero muchas mujeres no llevarían a cabo charlas, denuncias o movientes
con la intención de informar a sus jefes o superiores, esposos y demás hombres,
sobre las condiciones que se viven como mujer vivimos por temor justamente a
las represalias de las que ya hablamos.
¿Posibles soluciones a la
violencia en contra de la mujer? Aunque suene cursi, estoy convencida que una
solución, a largo plazo claro, pero efectiva, es regresar al origen, educar a
niños y niñas con perspectiva de género, enseñarles desde pequeños el respeto a
todos los seres humanos a través del amor, besar y apapachar mucho a los hijos
y dedicarles tiempo para educarlos sin resentimientos, seguros de sí mismos y sin
machismo o taras mentales.
¿Soluciones a corto plazo? Fomentar
las agrupaciones de mujeres para que en grupos puedan compartir experiencias y
conseguir apoyo aprovechando la experiencia de todas y cursos gratuitos en comunidades y escuelas
para enseñar perspectiva de género, impartir estos cursos tanto a niños como a padres.
Muchas asociaciones civiles llevan a cabo ya este tipo de acciones, pero los
recursos para realizarlas son siempre una limitante, pero si quienes más tienen
aportaran… Además la mayoría de las asociaciones puede otorgar recibos que los donadores
pueden emplear para deducir impuestos.
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