Hoy soñe con mi propio cuento... y no pude dormir.

No Hablarás Con Extraños

Alguien está en su habitación, alguien cubre con fuerza los labios de Violeta mientras la toma por la cintura, la mano baja al vientre, se detiene en el pubis sin vellos, parece acariciarlo. Luego desciende hasta alcanzar una tibia humedad que la niña apenas ha experimentado, introduce un dedo, luego otro. En su vientre se reproduce con furia el movimiento. Ahora está sobre ella.

Una fiesta, una c.sa adornada con globos y niños corriendo por todas partes. El hombre mira a la mujer de cara triste que le ha coqueteado desde que llegó.
- ¿Estás sola?
Hablarían un par de horas de cuánto odian llevar a sus hijos a estas fiestas y del accidente de encontrarse justamente en una de ellas. El espectáculo de payasos terminaba y los pequeños comenzarían pronto a gritar decepcionados, se despidieron con un fuerte abrazo y se miraron hasta desaparecer de la vista del otro.

La cita sería en un café del centro, decidieron el lugar justo cuando se invitó a todos los asistentes para que le cantaran las mañanitas a un niño de seis años. Él pidió un café americano sin azúcar, -Porque insistir en endulzar las cosas que por naturaleza son amargas- y sorbió lentamente.
Bebieron un par de americanos hasta que ella decidió invitarlo a terminar la cena en casa.

-¿Quieres algo de beber para la cena?-
Se dirigió a la cocina, mientras la pequeña bajaba las escaleras para contarle a su madre que había tenido una pesadilla
-Si buscas a tu madre está en la cocina.
Violeta no contestó. Corrió lo más rápido que pudo a su habitación. Esa noche alguien se acercó de puntillas hasta donde la pequeña se escondía entre sabanas.

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Fuera de mi pesadilla de hoy.

Esta narración se encuentra en la plaquet Himenoplastia.

No pude dormir recordando como se sentía aún cuando sólo fue un sueño.