12/10/11

Oración para la despedida


Las consecuencias atroces de amarse
las estoy pagando señor, perdóname.
Pongo en tus manos la noche de mis ojos,
la caricia del viento sobre los cuerpos.
Te entrego todas mis memorias
para que con ellas no me des la paz
sino el olvido.

La memoria es una estación irreparable,
esta es la penitencia de haber amado.
Señor tu no castigas con cielo o infierno
nos conduces al amor como castigo.


He venido a confesarte que he pecado,
por haber amado como se ama a un hijo,
por haberme entregado para que de mí naciera 
todo el dolor del mundo. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qur bonito poema (:

muy cierto .....